Déficit de Vitamina D y Obesidad
Nuestro organismo produce la vitamina D cuando la piel se expone directamente al sol. Por eso, con frecuencia se denomina la vitamina de la “luz del sol“.
Desde hace muchos años se conoce la relación del déficit de vitamina D con problemas óseos de raquitismo y osteomalacia (reblandecimiento de los huesos). Sin embargo, cada vez existe más evidencia científica que asocia el déficit de vitamina D con otras patologías como tumores (fundamentalmente colon, mama y próstata), alteraciones inmunológicas (especialmente esclerosis múltiple), síndrome metabólico-insulinorresistencia, enfermedad cardiovascular, procesos infecciosos (sobre todo tuberculosis) y debilidad muscular. Por eso, los médicos, especialmente endocrinólgos, aconsejan estar atentos a las concentraciones de vitamina D.
Se sabe que concentraciones de 25(OH)D3 (El exámen de 25-hidroxi vitamina D es la forma más exacta de medir cuánta vitamina D hay en el organismo.) inferiores a 10ng/ml se asocian a problemas óseos. Está por establecerse con exactitud cuales concentraciones de 25(OH)D3 son los recomendables. Existen autores que aconsejan que sean de 30ng/ml6, aunque recientemente ha sido publicado por el Institute of Medicine que con concentraciones de 20ng/ml sería suficiente ante la evidencia actual.
Las concentraciones de vitamina D están influidas por la latitud y la estación del año así como la raza, pero independientemente de todo ello, es evidente que las concentraciones de vitamina D son cada vez menores en poblaciones ampliamente estudiadas como la americana. En muchos países del mundo, especialmente en aquellos en latitudes de bajo sol, gran parte de la población tiene con concentraciones disminuidas de vitamina D. No obstante, en países tropicales también se da el caso por el uso de protectores solares
En un estudio se trató de determinar la relación entre bajos niveles de vitamina D y la obesidad. Noventa y cinco (95) pacientes acudieron a las consultas externas de un hospital terciario por diferentes motivos, pero ninguno de ellos tenía enfermedad paratiroidea, ni trastornos de la absorción, ni enfermedad renal ni ninguna otra patología de base que pudiese afectar al metabolismo de la vitamina D. Tampoco tomaban suplementos ni fármacos que pudiesen influir en el metabolismo calcio/vitamina D. Se les determinó la 25(OH)D3, la PTH (examen de hormona paratiroidea), el índice de masa corporal (IMC), calculado como el peso en kilogramos dividido por la estatura en metros al cuadrado) con el fin de estudiar las concentraciones de vitamina D, el porcentaje de pacientes con déficit e insuficiencia de vitamina D y la relación de la vitamina D con el IMC. Se determinó el coeficiente de correlación mediante la prueba de regresión lineal (Pearson) entre las concentraciones de vitamina D y el IMC.
La edad media de los pacientes fue de 48,67 años (15-77 años), la concentración media de vitamina D fue de: 23,77ng/ml (7-55ng/ml) y el IMC: medio fue: 25,77Kg/m2 (18,65-44,9Kg/m2). Setenta y tres pacientes (76,8%) tuvieron unas concentraciones inferiores a 30ng/ml y 41 (44%) pacientes tuvieron unas concentraciones inferiores a 20ng/ml. Esto significa que al menos casi la mitad de los pacientes tenía un déficit de vitamina D (o tres cuartas partes, dependiendo del punto de corte considerado).
El estudio concluyó que existe una correlación inversa significativamente estadística entre el déficit de vitamina D y el sobrepeso y obesidad. Situación ya conocida y observada en otros estudios, especialmente en casos de obesidad mórbida.
Teniendo en cuenta que la esperanza de vida cada ver se alarga más y los beneficios de una concentración adecuada de vitamina D en la salud de nuestros huesos, deberíamos cada vez concienciarnos más sobre esta situación. Por todo ello creemos que por lo prevalente y cada vez más frecuente presencia de déficit de vitamina D en la población general deberíamos estar más alerta en su detención, especialmente en poblaciones más expuestas por su estilo de vida y más propensas como los pacientes con sobrepeso y obesidad.
El consumo de suplementos de Vitamina D, especialmente de Vitamina D3 (colecalciferol) en concentración de 5.000 IU, es actualmente recomendada por los médicos, no solamente por su relación con la obesidad, sino porque su deficiencia está asociada con muchas otras patologías.